martes, 20 de mayo de 2014


Abuelo no quiero ser, muchachitxs
Contrólate, muchach@, que esta vida es pa´ ti

Por Óscar Gutiérrez
Periódico El Buitre

“La primera vez no pasa nada”; “cómase un cholao´ después que el frio no lo deja cuajar”; “el zumo de limón todo lo puede”; y “salte bastante para que le salga todo y verá que no hay problema” son algunas de las expresiones con las que los jóvenes se auto-educan en materia de sexualidad y prevención del embarazo. Es quizá por ello que Cali es la tercera ciudad del país con mayor número de embarazos juveniles y nuestro corregimiento no es ajeno al tema.

Sebastián, de 23 años de edad, reconoce que “algunos jóvenes nos tomamos muy a la ligera lo del embarazo y por ello acabamos teniendo hijos no deseados. Mi novia y yo tuvimos que dejar los estudios cuando ella cursaba 9º grado y yo a punto de terminar el bachillerato. No fue un asunto fácil tener que dejar el estudio para ponerme a trabajar. El salario nunca alcanzaba (¡tampoco hoy en día!) para los gastos de la casa y es muy duro asumir la crianza de un hijo cuando uno apenas comienza a disfrutar de la juventud. En mi caso, no quise dejar a mi novia tirada con el niño, como muchos hacen. Me puse como meta criar lo mejor posible a mi hijo y posponer mis estudios unos años mientras nos acomodábamos. Tenía el proyecto de hacerme músico o diseñador y ella quería ser odontóloga o ingeniera ambiental. Lamentablemente eso nunca pasó. El niño iba creciendo y con él los gastos en educación, ropa, comida, arriendo… ¡Ufff! ¡Tantas cosas que toca pagar! En fin: no hemos podido retomar los estudios y, obvio, tampoco a aspirar a mejores condiciones laborales”.

Una situación similar vivió Catalina, quién a los 17 años de edad quedó en embarazo y, lo que es más difícil, no contó con el apoyo de su exnovio, Daniel, quién la abandonó y, según ella cuenta, ahora tiene una nueva y joven novia en iguales condiciones. Catalina no solo dejó sus estudios, sino que no pudo criar a su hija porque desde entonces trabaja como vendedora desde su hija cumplió 3 meses de edad. La madre de Catalina también es madre soltera y desde hace 3 años sufre de una extraña enfermedad que le impide hacerse cargo de su hogar, por lo que Catalina debe mantenerla.

Según la Personería Municipal, cada año más de 300 chicas menores de edad dan a luz en la ciudad de Cali, cifra bastante preocupante de tener en cuenta que los embarazos en adolescentes son considerados de alto riesgo. Además, según la Unicef, el embarazo juvenil aumenta las probabilidades de pobreza extrema. Por ello es necesario derrumbar los viejos mitos sobre cómo evitar el embarazo, contar con educación sexual de calidad y acceso a métodos anticonceptivos. En este sentido, organizaciones civiles como Sí Mujer, Profamilia y Cermujer, todas con sede en Cali, apoyan a jóvenes en la prevención del embarazo precoz.

El embarazo no es juego de niñ@s. Es un problema de salud, educación y mejores condiciones de vida. Por eso, ABUELO NO QUIERO SER, TODAVIA…

Para mayor información, visita:
http://www.cali.gov.co/publico2/gobierno/simm/cermujer.htm
http://fundacionsimujer.org/wp/
http://profamilia.com/

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